EL AGUA EN EL REFUGIO DE ALTAVISTA

Cuando abrimos el grifo del lavabo de los aseos o el del fregadero de la cocina en el refugio debemos pensar que el agua que está saliendo es un bien muy costoso de conseguir debido a la altitud en la que nos encontramos, no existiendo en la actualidad ningún manantial que la proporcione.

Cuando Piazzi Smith llegó al pequeño valle que conforma Altavista en 1856, comprobó que el lugar ofrecía dos bondades:

•  Un sistema de protección natural contra la mayoría de los vientos reinantes en el lugar.
•    La posibilidad de obtener agua de la cueva del hielo.

Durante muchos años los refugios precursores del actual obtenían el agua de la cueva del hielo, bien bajando bloques de hielo que se descongelaban, o bien llenando pequeños depósitos del agua que se almacenaba en el fondo de la cueva procedente del deshielo.

Con la construcción del nuevo refugio en la década de 1950, se construyen depósitos de agua con la idea de disponer de este elemento durante todo el año, especialmente en verano y otoño, que es cuando más escasea al no existir nieve y la cueva del hielo bajar su nivel.

En 1964 se plantea la idea de instalar una tubería de hierro que sirva para bajar el agua desde la cueva del hielo hasta los depósitos del refugio. Esta tubería en la actualidad se ha planteado la posibilidad de retirarla definitivamente.

También se aprovechaba el deshielo de la nieve para llenar los depósitos.

En la actualidad el agua se transporta desde el depósito que la “Sociedad Teleférico al Pico del Teide” tiene en Aguamansa (La Orotava) en el camión cuba debidamente acondicionado para ello con una aljibe de acero inoxidable.

El agua se descarga a los depósitos existentes en la estación base del teleférico, para luego ser trasladada hasta los depósitos de la estación superior utilizando las aljibes de 500 litros que se acoplan en la parte baja de las cabinas.

Desde la estación superior situada en La Rambleta el agua se traslada por presión hasta los depósitos ubicados en la trasera del refugio por medio de una manguera que inicialmente fue tendida por la ladera del Teide para posteriormente ser enterrada y debidamente mimetizada con el terreno.

El artículo se publicó en el Blog De Teleférico del Teide.