Leopold Von Buch (geólogo y paleontólogo alemán - barón de Gehmersdorf), Christen Smith (médico y botánico noruego) y Mr. Shellow subieron al Pico del teide el 18 de mayo de 1815. Dejó constancia de ello en "Physicalische Beschreibung der Canarischen Inseln (Descripción física de las islas Canarias)", publicado en Berlín en 1825.
TRADUCCIÓN
...cuando finalmente nos propusimos subir a la cima el 18 de mayo.
...después de haber dejado atrás el hermoso bosque de castaños sobre la Villa de La Orotava, pensamos que finalmente habíamos encontrado los bosques de pino, que Humboldt ya había supuesto que eran una nueva especie no descrita. Sólo vimos el famoso Pino del Dornajito; y en todo el camino sólo este árbol. Lo que es seguro es que una vez uno viajó a través de un denso bosque de estos árboles hasta el pie del pico. Esto era todavía así a principios del siglo pasado; Edens y el padre Feuillée no lo habían visto de otra manera, y el camino hacia este bosque estaba dividido en secciones separadas por pinos de formas y tamaños sorprendentes; el Pino de la Carabela, y más arriba, el Pino de la Merienda.
Tampoco éste se ha salvado del hacha destructora, y el Pino del Dornajito debe su conservación sólo al manantial que protege, el único en toda la subida. —Ahora, en lugar de pinos, han aparecido pequeños arbustos de brezo y altos helechos. No se encuentra ya ningún objeto especialmente destacado que sirva de columna de luz en el recuerdo para el camino recorrido, y uno se sorprende al saber que ha pasado muchas horas subiendo desde los castaños hasta el Portillo, por un camino en el que no parece moverse en absoluto, debido a la monotonía de los objetos que lo rodean, porque no recuerdan nada dividido o individualizado en la memoria. —
Es diferente cuando realmente se llega al pie del pico a través de los estrechos pasos del Portillo. Allí fue como si hubiéramos redescubierto el sublime silencio y la soledad de los glaciares de los Alpes. Como en los glaciares, la gente se perdía en la superficie interminable y suavemente ascendente de las piedras pómez. Los bloques en la distancia se convirtieron, cuando finalmente nos acercamos a ellos, en rocas, y las colinas de cráteres a su alrededor se convirtieron en montañas importantes. Ya no se pudo aplicar ninguna escala del plano. —La masa del pico se alzaba sobre esta superficie más alta de lo que jamás la habíamos visto, y chorros de vidrio negro corrían desde la cima como cintas por la pendiente. Constantemente absorto en la magnífica vista, uno no se da cuenta de que tardará otras tres horas en llegar al borde del flujo de lava. En este borde algunos de los grandes bloques que lo forman están toscamente dispuestos en bancos y salones, y entre ellos se suele esperar el amanecer del día siguiente antes de continuar el camino. Es la Estancia baja de los Ingleses.
A partir de aquí, el ascenso a la montaña se hace difícil, sobre todo cuando 2.000 pies más arriba, hay que escalar un campo de cristal negro y penetrante, sin embargo nunca se puede comparar con el esfuerzo de escalar un pico alpino. Por encima de la Cueva del Hielo, a unos 10.300 pies, encontramos la primera capa de nieve en la ladera. Eran pequeños y más arriba, hacia la cumbre, no vimos ninguno parecido. Perdidos en la visión de la inmensidad del paisaje, que emociona más que alegra o eleva el espíritu, porque la imaginación se ve frustrada al encontrarse rodeada por un horizonte infinito y sin forma. —
Del diario de Smith:
"...el cráter no es más que una solfatara de vapores sulfurosos, que se desprenden casi por todas partes, ya por la cumbre, ya por la zona exterior. Estos vapores transforman las rocas en arcilla blanca, y el azufre se deposita en el interior de las oquedades formando bellos cristales..."
Habíamos pasado varias horas en el borde y en el interior del cráter, cuando la escocesa Mrs. Hammond apareció en la cima con su grupo, Era la primera mujer que, hasta donde alcanzaba la memoria de los habitantes, había ascendido al Pico. Recorrió todo el cráter, incluido el lado poco visitado que da a Chahorra, que rara vez se visita, no dudó en acompañarnos a explorar la cueva de hielo natural entre los bloques de obsidiana, la Cueva del Hielo, a pesar de que la afilada obsidiana desgarraba cruelmente sus zapatos y pies. Esta cueva abastece de hielo durante todo el verano a las ciudades de Santa Cruz, La Orotava y La Laguna, donde es un recurso indispensable.. —Por la tarde todos nos apresuramos a descender por la ladera para llegar a la Orotava antes del anochecer. El guía y los arrieros se turnaban para cantar versos rimados sobre los acontecimientos del día, marcando el ritmo con palos en una flauta, y Uelsen, para indicar el ritmo, corría alrededor de una bola de plomo en una copa de vino. —A las 8 de la tarde llegamos nuevamente a Puerto Orotava. —Los guías y arrieros alternando cantaban estrofas rimadas sobre los acontecimientos del día, marcaban el ritmo con sus bastones sobre una caña, y Uelsen hacía rodar una bola de plomo dentro de una copa de vino para marcar el compás. A las 8 de la noche habíamos regresado a Puerto de La Orotava.
El día 27 de Mayo subimos el nuevo pico rumbo a la cima; pero abandonamos el camino después de haber llegado a la llanura de la Retama,...
FUENTES:
- “Physicalische Beschreibung der Canarischen Inseln” - Leopold von Buch - Berlín -1825.
- "Professor Christen Smiths Dagbog : paa Reisen til de Canariske" - Øer i 1815 / ved F.C. Kiær. 1889.
- Libro: Diario del viaje a las islas Canarias en 1815.
- Fundación Canarias Orotava.
- Blog: Islas Canarias en la historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios están sujetos a moderación.